Con nuestra pequeña Mamá Luisa, nos consagramos hoy,
el día de la Asunción,
celebró por primera vez la Divina Voluntad Operando
en la Soberana Reina y Señora.

ORACIÓN DE COMANDO DE CONSAGRACIÓN PARA EL 15 DE AGOSTO
Desde V36 – 15.8.38

Abba Padre
En el nombre de Jesús,
En la Unidad y Poder del Espíritu Santo
Bajo el Manto de María
Con todos los Ángeles y Santos,
A través de la intercesión
de la Sierva de Dios Luisa Piccarreta,

Querido Señor, a través de nuestra pequeña mamá Luisa,
con gran deseo de Sanación Divina,
Nos consagramos hoy en la Promesa de Tu Voluntad de Reinar en las almas
en esta Más Bella,
Más Sublime y Más Grande Fiesta de la
Asunción de Nuestra Bendita Madre al Cielo.
Esta es la Fiesta donde Tú, Dios Trinitario,
permaneces Mas Glorificado, Amado y Honrado!

No hay lugar
donde los Mares de Amor y Poder de Nuestra Señora no fluyen,
junto con muchas de las Vidas Divinas del Dios Trinitario
las cuales Ella es Poseedora y Reina.
Es por eso que Ella puede dar a Su Dios a todos,
porque Ella lo Posee.

Te rogamos, Jesús, que nos concedas la Sanación Divina
esto es necesario para cada uno de nosotros,
para que, con esta Sanación Divina, podamos
estar dispuesto a recibir Tu Divina Voluntad,
a través de la Reina Soberana,
Ella tiene la Virtud de Reproducir,
desde el interior de estas Vidas Divinas que Ella posee,
otra de Tus Vidas Divinas para dar a quien Ella quiera.

Querido Señor, Tu le dijiste a Luisa que el Dios Trinitario quiere
dar Su Voluntad
para Reinar en medio de las criaturas,
porque Nuestra Señora así lo quiere.
Por eso es tan importante para nosotros ser Divinamente Sanados.
Nuestra Señora quiere dar a Sus hijos.
lo que Ella Misma Posee,
y por Amor ganará a Dios y a Sus hijos.
Con esta Consagración, te imploramos
por Sanación Divina para que los Deseos de Nuestra Señora
puedan Lograrse y Cumplirse dentro de nosotros.

Querida Suprema Majestad, es Tu propia Voluntad que pide
por lo que la Reina Soberana Quiere,
Atándote con los Lazos Eternos de la Divina Voluntad
Así que Tu no puedas rechazarle nada.
Nosotros, Sus pequeños hijos de la Santa Divina Voluntad,
también queremos lo que nuestra Santísima Madre Quiere –
ser Sanados Divinamente
para Poseer
todo lo que Ella posee en Tu Santísima Voluntad.

Es por eso que la Fiesta de la Asunción
es la Más Bella:
es la Fiesta de Tu Divina Voluntad
Operando en esta Gran Señora,
haciéndola tan Rica y Hermosa que
los Cielos no pueden Contenerla.

Y así como Nuestra Señora vivió en la Santísima Voluntad Divina,
Te rogamos, Querido Señor, en esta Consagración, junto con Nuestra Señora,
con el Espíritu Santo, Revelador de tu Santidad Divina,
y unidos con nuestra pequeña mamá Luisa,
para Sanarnos Divinamente
para que podamos Vivir a la Luz de la Voluntad Divina
y que nuestra vida se Forme dentro del
Centro del Sol de la Divina Voluntad. (V24 – 15.8.28)

¡Te rogamos que tomes nuestra humilde oración y la conviertas en Tu Comando,
para que todo se pueda Lograr y Completar en Tu Santísima Voluntad Divina!
¡Nosotros Creemos! ¡Nosotros Recibimos!

¡Fíat!
¡Amen!
¡Que así sea!

15.08.1938 — Volumen 36
La fiesta de la Asunción es la más grande y más bella, es la fiesta de la Divina Voluntad obrante en María, que en Ella ha formado tantas Vidas Divinas cuantos son sus actos, para vincular a Dios con todas las criaturas.
 
Mientras mi mente nadaba en el mar del Querer Divino, me estoy firme en el acto en la cual mi Madre Reina fue Asunta al Cielo, cuánta maravilla, esta sorpresa de Amor que arrebata.  Y mi dulce Jesús, como si sintiese la necesidad de hablar de su Madre Celestial todo fiesta, me ha dicho:

“Hija mía bendita, hoy la fiesta de la Asunta es la fiesta más bella más sublime, más grande, en la cual quedamos mas glorificados, amados y honrados.  Cielo y tierra están investidos de una alegría insólita nunca probada, los ángeles y santos se sienten investidos de mares de nuevos gozos y nuevas felicidades, y ensalzan con nuevos cantares a la Soberana Reina que en su autoridad impera sobre todos y da alegría a todos.  Hoy es la fiesta de las fiestas y la única y nueva que no es repetida nunca más.  Hoy, el día que la Asunta, era festejada por primera vez la Divina Voluntad obrante en la Soberana Señora.  Las maravillas son encantadoras.  En cada uno del más pequeño acto suyo, también en su aliento, en su movimiento, se ven tantas Vidas Divinas que discurren como Rey en sus actos, que mas que resplandecientes Soles la inundan, la rodean, la embellecen, y la hacen tan bella, que forma el encanto de las regiones celestes.  ¿Te parece poco que cada aliento, movimiento, obra y pena, estaban llenas de tantas vidas divinas?  Es, propiamente esto el gran prodigio de lo obrado por mi Voluntad en la criatura, formar tantas vidas divinas nuestras por cada vez que ha habido la entrada en el movimiento, en los actos de la criatura; y puesto que mi Fiat posee la Virtud Bilocadora y Repetidora y repite siempre sin nunca cesar aquello que hace, por lo tanto la Gran Señora siente en sí multiplicar estas vidas divinas, las cuales no hacen otra cosa que extender más sus mares de Amor, de Belleza, de Potencia, de Sabiduría infinita. 

Tu debes saber que son tales y tantas nuestras Vidas Divinas que posee que cuando entró al Cielo pobló toda la Región Celestial que no pudiéndolos contener llenaron toda la Creación.  Así que no hay punto donde no discurran sus mares de Amor, de Potencia y tantas Vidas nuestras de la cual es poseedora y Reina. 

Podemos decir Nos domina y la dominamos; y volcándose en nuestra Inmensidad, Potencia y Amor, pobló todos nuestros atributos con sus actos y de las tantas Vidas Divinas nuestras que había conquistado.  Así que por doquier y por todas partes nos sentimos amar, glorificar, adentro y afuera de Nosotros, desde adentro de las cosas creadas, en los mas remotos escondrijos, por esta Celestial Criatura y de quien nuestras mismas Vidas Divinas que nuestro Fiat ha formado en Ella.  Oh, Potencia de nuestro Querer, tu solo puedes hacer tantos prodigios hasta crear tantas vidas nuestras en quien te hace dominar, para hacernos amar y glorificar como merecemos y queremos!  He aquí por eso puede dar su Dios a todos, porque lo posee, es más sin perder ninguna de  nuestras vidas divinas, como ve a la criatura dispuesta que quiere recibir nuestra Vida, así tiene la Virtud de Reproducir desde adentro nuestra vida que posee otra Vida Divina nuestra para darla a quien se quiera. 

Esta Virgen Reina es un Prodigio que continuó; esto que hizo en la tierra continúa en el Cielo, porque nuestra Voluntad cuando obra tanto en la criatura cuanto en Nosotros, aquel acto no acaba nunca y mientras tanto queda en Ella y se puede dar a todos, ¿acaba quizás el sol de dar su luz porque ha dado tanta luz a las generaciones humanas?  De ningún modo, mientras que ha dado tanta luz es siempre rico en su luz, sin perder tampoco una gotita de luz.  Por eso la gloria de esta Reina es insuperable, porque tiene en posesión nuestra Voluntad obrante que tiene la virtud de formar en la criatura actos eternos e infinitos Nos ama siempre, y no cesa nunca de amarnos con nuestras vidas que posee; Nos ama con nuestro Amor, Nos ama por todas partes y por doquier; su Amor llena los cielos y la tierra y corre a descargarse en nuestro Seno Divino y Nosotros la amamos tanto que no sabemos estar sin amarla; y mientras nos ama, ama a todos y nos hace amar de todos; ¿quién puede resistir no hacernos dar lo que quiere?  Y luego es nuestro mismo Querer que pide esto que Ella quiere, que con sus vínculos eternos nos liga por todas partes y no podemos negarle nada. 

Por eso la fiesta de la Asunta es la más bella porque es la fiesta de mi Voluntad obrante en esta Gran Señora, que la hizo así rica y bella, que los cielos no pueden contenerla; los mismos ángeles se sienten mudos, ni saben hablar de esto que hace mi Voluntad en la criatura”. 

Después de esto, mi mente ha quedado sorprendida al pensar en los grandes prodigios que el Fiat Divino obró y continúa en obrar en la Celestial Reina, y mi amado Jesús ha añadido:

“Hija mía, su Belleza es incomparable, encanta, fascina, conquista, su Amor es tanto que lo pasa a todos, ama a todos y deja detrás de si Mares de Amor, se puede llamar Reina de Amor, vencedora de Amor que amó tanto que por vía del Amor venció a su Dios. 

Tú debes saber que el hombre con hacer su voluntad rompió los vínculos con su Creador y con todas las cosas creadas.  Esta Celestial Reina, con la Potencia de nuestro Fiat que poseía, vinculó a su Creador con las criaturas, vinculó a todos los seres juntos, los unió, los reordenó de nuevo, con su Amor daba nueva vida a las generaciones humanas.  Fue tanto su Amor que cubre y esconde en su Amor las debilidades, los males, los pecados y las mismas criaturas en sus mares de Amor.  ¡Oh, si esta Virgen Santa, no poseyese tanto Amor, nos resultaría difícil mirar a la tierra!  Pero su Amor no solo nos la hace mirar, sino que queremos dar nuestra Voluntad reinante en medio de ellos, porque Ella así quiere, quiere dar a sus hijos esto que posee y por vía de Amor Nos vencerá y a sus hijos”.

15.08.1928 — Volumen 24:

Comunión con Dios: vivir en la Divina Voluntad y hacerse encontrar por Dios en cada cosa creada y encontrarlo en cada obra suya, formando con Él un solo Amor. La gloria de la Virgen es insuperable, porque su vida fue toda de Divina Voluntad, en virtud de Ella centró en sí todas las criaturas. En Ella todos los Bienaventurados ven la santidad del “Fiat Divino”.    

Mi abandono en el Fiat es continuo, me parece que me quiere en todos los actos suyos, o como actriz junto con Él o al menos como espectadora de lo que hace, porque poseyendo el Querer Eterno el acto incesante, es de su naturaleza hacer siempre, sin nunca cesar de obrar y yo siendo una pequeña niña, tan contenta, porque estoy junto y por tenerme de un modo o de otro. 

Por lo cual siguiendo mi giro por toda la creación, pensaba dentro de mi: “¿Será necesario, lo querrá precisamente Jesús que yo gire por todas partes?”  Y mi amado Jesús moviéndose en mi interior me ha dicho:

“Hija mía, el vivir en mi Divina Voluntad es hacerse encontrar por Dios en cada cosa creada, a fin de que el Ente Supremo encuentre en todas sus obras  aquella que amó y que por amor suyo llamó de la nada y creó tanta variedad de obras bellas y maravillosas.  No encontrándote en cada obra suya a la Divina Voluntad faltará el eco de tu amor, de tu reconocimiento y se encontraría como sin ti en aquellas obras en las cuales tu no girases, como si no las hubieses hecho.  Mientras es precisamente esta nuestra finalidad la de llamarte a vivir en nuestra Divina Voluntad, a fin que nosotros te encontremos en nuestras obras y tu nos encuentres en cada cosa creada, dándonos tu el pequeño amor y nosotros el gran amor que tuvimos al crear tantas cosas y uniendo el tuyo y el nuestro juntos, formar uno solo para poder decir: “Cuanto nos ama la pequeña hija de nuestra Voluntad Divina!”  De otra forma nuestro amor y nuestras obras quedarían aisladas y sin la compañía de aquella por la cual creamos todo, mientras el vivir en la Divina Voluntad es comunismo entre Creador y criatura y volviéndose inseparable, donde se encuentra el uno se encuentra la otra y en todo lo que hace Dios la criatura encuentra su pequeño puesto.  ¿No quieres encontrar tu un rinconcito en todas las obras de la creación y de la redención?  Por eso continua tu vuelo y déjate llevar de los brazos de mi Fiat y Él tendrá cuidado de poner la pequeña recién nacida en cada obra suya”.

Después de esto estaba pensando y acompañando a la Soberana Reina cuando fue Asunta al cielo y mi dulce Jesús, moviéndose en mi interior, como ensalzando a su Madre Celestial me ha dicho:

“Hija mía, la gloria de la Madre del cielo es insuperable, ningún otro de las regiones celestes posee mares de gracia, de luz, mares de belleza y de santidad, mares de potencia, de ciencia y amor; y mucho más estos mares los posee en el mar interminable de su Creador.  Los otros moradores de la Patria bendita, a lo más poseen quién los pequeños riachuelos, quién los goteos, quién las fuentecitas; solo Ella es la única, porque fue la única que hizo vida en el Fiat Divino.  Nunca tuvo lugar en Ella el querer humano, su vida fue toda de Voluntad Divina, y en virtud de Ella concentró en sí todas las criaturas concibiéndolas en su materno Corazón y bilocando a su Hijo Jesús tantas veces para darlo a cada criatura que había concebido en su Corazón virgen.  Por eso su maternidad está extendida a todos, todos pueden darse el alardeo y decir: “La Madre de Jesús y Madre mía es esta Madre tan dulce, amable, amorosa; nos da a cada uno a su Hijo dilecto como garantía de su amor materno”.  Solo mi Voluntad podía darle esta virtud de concebir a todas las criaturas como hijos suyos y de multiplicar tantas veces a su Jesús por cuantos hijos tenía. 

Ahora en el cielo la alteza de la Madre Soberana, poseyendo sus mares, no hace otra cosa que levantar olas altísimas de luz, de santidad, de amor, etc, y las descarga sobre el trono del Ente Supremo, el cual para no hacerse vencer del amor de Ella, por debajo de los mares de la Virgen Reina, que como Él tiene su mar más extenso, más profundo, forma olas más altas y las vierte sobre Ella y Ella prepara las otras y Dios las otras, de modo que todo el cielo queda alegrado de estas olas de luz, de bellezas, de amor y similares, tanto que todos toman parte y gozan.  Y viendo que ellos, esto es los beatos, no pueden formar estas olas porque no poseen mares, entienden que si su Madre y Reina  todo lo posee es porque formó su vida y santidad en la Voluntad Divina.  Así que los santos en la Virgen, conocen lo que significa santidad de Querer Divino en la criatura y por eso suspiran que otras criaturas porten estos mares a la Patria Celestial, para ver formar olas encantadoras y de mayor goce para ellos. 

La tierra no conoce aún la santidad en mi Voluntad y por eso amo tanto hacerla conocer, pero en el cielo se nota bien, porque está la Reina Soberana, que solo al verla se hace reveladora de la santidad de mi Fiat.  Así que Ella en virtud de Él fue portento en la tierra de gracias para sí y para toda la familia humana y es portento de gloria en la Patria Celestial, ninguna otra criatura se puede decir es parecida a Ella”.